Cuando más prisa llevan se topan con el tren y los puede mantener horas en espera de poder cruzar.
Son los vecinos de la Isla de la Piedra que durante las últimas semanas han tenido que batallar a diario con ese obstáculo que se detiene en sobre los rieles y no hay poder humano que lo mueva.
Se para a las cinco de la mañana y se quita hasta las siete o incluso dura mucho más, mientras la desesperación hace presa de los vecinos.
La mayoría tratan de pasar de los muelles hacia la avenida Gabriel Leyva para tomar camión y otros hacia el embarcadero para subirse a una lacha que los cruzara por el canal de navegación.
“Ya estamos hartos, por su culpa llegamos tarde a nuestra escuela, trabajo y casas” dicen en una queja hecha llegar a esta página de noticias.