Mazatlán, Sinaloa; octubre 19 del 2021.- Ni las cascadas de Durango son tan vistosas como la que nació en Mazatlán hace unos días.
Están tan cerca que no es necesario un gran gasto para llegar hasta ellas es cuestión de pasar por la avenida Juan Pablo Segundo, justo al bajar al puente.
Llegar hasta es fácil, se ubican frente a la colonia Salvador Allende, del lado derecho hay espacio para detener el auto, caminar y pararse junto al arroyo para admirar tan bello espectáculo.
Si se tiene suerte habrá alguna ave tomando el sol sobre una roca localizada justo donde cae el agua y admirar cuando abra sus alas.
Pero por ningún motivo se le quitarse el cubrebocas cuando e encuentra de pie a la orilla de ese importante cuerpo de agua.
Algo que tampoco se puede se hacer es bañarse y menos meter las manos a los chorros de agua, como se nos ocurre al estar en los cerros de Durango.
Es porque lo que de lejos parecen aguas cristalinas, de cerca deja ver la pestilencia debido a que sale del sistema de drenaje rebosado en la avenida Cuauhtémoc, de la colonia Burócrata.
Y eso que hace siete días de las lluvias generadas por el huracán Pamela.
