Llegaron a sus labores y los maestros y trabajadores del Cobaes 37 de Mazatlan no pudieron entrar, porque durante la noche fue colocada una cadena y candado a la puerta principal.
Los profesores de quedaron afuera en espera de una explicación del porque cerraron y dejaron adentro todo, incluso una silla especial de una de las empleadas que presenta problemas para caminar.
Dieron a conocer que cuando arribaron al plantel estaban elementos de la policía municipal en resguardo del lugar y minutos después se retiraron.
Culparon al “Patron”, en este caso a quien dirige la institución educativa de ser el que ordenó que ya no se entre a la escuela.
Esto en vez de suavizar, agudizó el problema entre los que se oponen a la reubicación y las autoridades del Colegio de Bachilleres.
Un día antes en una conferencia pidieron que se permita a los alumnos terminar su nivel en ese edificio y después demolerla.
La respuesta fue en un comunicado oficial en en que se informó que el setenta por ciento de los alumnos aceptaron reubicarse a otros planteles.
Y en la noche cerraron la puerta con el uso de la fuerza pública.